PASIEGA
Camisa: De cabezón, con anchas mangas y larga hasta media pierna.
Saya: De paño sedán morado intenso. Presenta a los lados y delante dos aberturas para meter la mano en la faltriquera. Larga por encima del tobillo, lleva dos anchas tiras de terciopelo morado. Se remata con trencilla negra de lana y dobladillo interior de satén negro. Esta saya va sobre un refajo de similar hechura en bayeta de color.
Chaquetilla: De terciopelo morado intenso, muy ajustada al cuerpo y abierta por delante, orlada con paño sedán morado y fino galón de oro, adorno que se repite en los puños de las mangas; éstas son moderadamente amplias. En cada puño, y por mero adorno, lleva tres botones esféricos plateados, y hasta un total de veintisiete botones idénticos, cosidos en el borde de la chaquetilla. Cosido al borde de la chaquetilla, sobre los riñones, un lazo plano, zapatero, hecho en paño guarnecido de terciopelo y galón de oro, con dos caídas casi hasta el ruedo de la saya.
Delantal: Muy amplio, de paño sedán morado intenso, rebordeado con ancha tira de terciopelo morado y con dos tiras de lo mismo dispuestas en bandas horizontales a igual distancia. El delantal tiene peto, o mejor, pechero, en una sola pieza en forma de trapecio invertido, forrado de lienzo, adornado con dos tiras horizontales de terciopelo morado enmarcadas con galón dorado.
Medias: De hilo, algodón o lana, blancas o azules.
Calzado: Escarpines de bayeta o amarillos, ribeteados en tono vivo. Encima, chátaras muy bajas de piel de cerdo o de cuero a medio curtir con el pelo hacia afuera, o bien, sobre la media, zapato escotado de paño negro.
Aderezo: Gargantillas de coral, cruz sobredecorada y varias vueltas de cadenas del grosor de un meñique. Pendientes de pata y careta en oro y coral y anillos de plata.
Tocado: Pañuelo de seda envolviendo el moño.
PASIEGO
Camisa: De lienzo casero, larga casi hasta la rodilla, abierta hasta la mitad del pecho, con pechera de lorzas verticales y cuello con dos tarines a modo de gemelos.
Calzón: De pana castaña lisa, ajustado bajo la rodilla con una jareta por la que pasa un grueso cordón negro. Las perneras llevan una abertura lateral donde, enmarcados por un leve pespunte, cuelgan ocho botones de filigrana dorada. El calzón es de alzapón, sujetándose la trampa con cuatro monedas de plata, dos a cada lado, idénticas a las del chaleco. Otra versión es el pantalón abierto desde arriba hasta abajo.
Chaleco: La delantera es de un tejido de tapicería labrado: por ejemplo, fondo verde cuadriculado por rayas rojas y blancas con arabescos. Presenta solapas redondas y tres filas de botones: la central, fija, para abrochar, y las laterales, colgando de largos enganches, como adorno. La espalda está cortada en otra tapicería de algodón adamascado en color fuerte.
Ceñidor: De estambre o algodón azul o violeta, desplegado sobre el calzón y el chaleco.
Chaqueta: En la misma pana castaña que el calzón, floja y corta, de puntas redondeadas y cuello vuelto y redondo que baja mucho. Todo el ruedo y las solapas van ribeteados de trencilla parda. Tiene a cada lado tres ojales y tres botones colgantes, que son monedas de plata iguales a las del chaleco. Bocamangas adornadas con trencillas y con cinco moneditas colgantes, más pequeñas que las del chaleco y delanteros.
Calzado: Medias de algodón azules o blancas y escarpines de bayeta cruda con ribete de trencilla negra y, a veces, una borlita en la lengüeta. Chátaras muy bajas.
Tocado: Montera de felpilla negra, con copa de cuatro gajos, ésta formada en damasco de color. Adorno de cordón que acaba haciendo un caracolillo en lo alto, o bien, como remate, una borlita roja de hilos de seda.
Complementos: Pañuelo de seda colgando al desgaire del bolsillo derecho de la chaqueta, y palanco de siete pies o, incluso, más alto.
Texto extraído del libro «TRAJES POPULARES DE CANTABRIA. SIGLO XIX» de Gustavo Cotera, Editorial Institución Cultural de Cantabria, Santander (1982)