Trasmiera

 

TRASMERANA

 

Camisa: De hilo casero larga a media pierna, con amplias mangas recogidas en angosto puño y cuello de tirilla abrochado por un único botón.

Saya: De lana en un tono sobrio, dígase verde oscuro, color chocolate o gris plomo, larga por encima del tobillo, muy plegada a la cintura en pliegues bastante profundos que arrojan un vuelo enorme. En la parte de abajo pueden ir en lorzas chiquitas, o bien caer los pliegues llanamente. Por dentro lleva un dobladillo postizo en satén negruzco de una cuarta de ancho. Bajo la saya, refajo de cuatro metros de vuelo en bayeta encarnada, naranja, verde o amarilla, con cintas negras aterciopeladas en el ruedo y amplia cortapisa en bayeta contrastante. También bajo la saya la faltriquera.

Justillo: De satén amarillo, que también puede ser de otro color o negro, forrado de lienzo, abrochado por delante con cintas o cordones de algodón blanco que pasan por ojales redondos reforzados con hilo amarillo, nunca con ojetes metálicos. Cortes únicamente atrás y repulgos en los bordes. Este justillo queda oculto al vestir el jubón.

Jubón: Más que jubón es un cuerpo o blusa, en el mismo género oscuro de la saya, con cuello cerrado en redondo, sin escote, y mangas moderadamente amplias. Se abrocha de arriba a abajo con corchetes interiores. Por único adorno muestra alrededor del escote, sobre la cintura y en l aparte superior de la manga, unos frunces o pliegues muy menudos que en el puño se repite en tres series paralelas. Tapando el pecho, un pañuelo de seda o algodón, estampado en deslumbrantes guirnaldas de flores y hojarascas, casi siempre predominando en tonos rojos, rosas y amarillos.

Delantal: No es imprescindible. Se trata de un amplio mandilón de satén negro protegiendo la saya, con el vuelo recogido a la cintura en dos hileras superpuestas de pliegues pequeños y unas estrechas trencillas o cadenetas por todo adorno. En Trasmiera, tal mandil recibía el nombre de regazo. De últimas se estiló traerlos con los bordes recortados en ondas y sencillísimos bordados a cadeneta, todo con mucha mesura y discreción, pues no debemos olvidar que la característica principal de los trajes cántabros es su sencillez absoluta.

Medias: Blancas, de algodón o lana.

Calzado: En verano, zapato negro abotinado. Con mal tiempo escarpines y albarcas.

Aderezo: Aros dorados en las orejas.

Peinado: Tirante hacia atrás formando un moño.

Tocado: Pañuelo blanco chiquitín, apenas envolviendo el moño graciosamente.

Complementos: Pañueluco de mano y mantilla semicircular de paño negro para ir a la iglesia.

 

TRASMERANO

 

Camisa: de lienzo casero y cumplidos faldones hasta medio muslo. Mangas amplias terminadas en puños estrechos, abierta hasta el pecho con botones de hilo. Pechera labrada en lorzas verticales.

Calzoncillo: largo hasta abajo, en lienzo, algodón o incluso en bayeta anaranjada para los viejos que sufrían de reúma.

Pantalón: negro, en pana lisa, paño o sayal, con amplias remontas de pana lisa negra por la parte de delante; es de alzapón, sujetándose la trampilla a los lados con botones de pasta.

Chaleco: de franela, con motivos geométricos o de vaga inspiración floral sobre un fondo de color. Sin solapas, lleva ribetes de lanilla negra, cerrándose delante con ochos de trencilla que abrochan en pequeños botones a cada lado.

Ceñidor: en lana roja, verde, azul o violeta, ciñendo con sus vueltas el pantalón y el chaleco.

Blusa: Blusuca rabona de amplio vuelo en satén gris, negro o pardo. Muestra pequeñas solapas redondeadas de terciopelo negro que acaban a la altura del canesú. Anudado al cuello, un pañuelo chiquito de seda, verde, encarnado o amarillo.

Medias: de lana o algodón, blancas, encarnadas o azules, el que las llevaba.

Calzado: Zapatos fuertes sin teñir, en el color natural del cuero, con trencillas verdes o encarnadas en vez de cordones. En tiempo de agua, escarpines y albarcas.

Tocado: Se trata de un gorro marinero, también usado entre los pejines cántabros. De lana batanada, puede ser rojo o verde, con vuelta de lo mismo o en cualquiera de los colores mencionados. En la punta, que en Trasmiera se adorna con larga borla de rutilante cordoncillo de hilo metálico o de seda, acostumbraban a guardar el tabaco, el dinero, etc…

Complemento: Palo pinto.

 

Texto extraído del libro «TRAJES POPULARES DE CANTABRIA. SIGLO XIX» de Gustavo Cotera, Editorial Institución Cultural de Cantabria, Santander (1982)